miércoles, 27 de mayo de 2015

Esquizofrenia — Introducción


PRIMERA PARTE

5 AÑOS ANTES

Trafalgar Law: Estudiante de medicina, 21 años. Practicante en la clínica más lujosa de Tokio. Planea especializarse en neurología.

Kuroashi no Sanji: Escolar, 17 años. Sufre de alucinaciones frecuentemente. Su padre adoptivo, Zeff, se ha encargado de darle todo lo necesario para su bienestar. Lucha fervientemente para lograr ser una persona "normal" en un futuro próximo.




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La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico que se utiliza para personas con un grupo detrastornos mentales crónicos y graves, caracterizado a menudo por conductas que resultan anómalas para la comunidad, falta de percepción de la realidad, alteraciones en la percepción o en la expresión de la alteración de la realidad.




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- ¿Por qué diablos debo encargarme de él? - Cuestionaba aquel practicante, siguiendo al sujeto con bata blanca que se encontraba delante suyo. No podía creerlo, tenía una orden estricta por parte de la universidad de obedecer todo aquello que el médico a cargo le dijera, incluso si lo mandaba de enfermero cuando lo que debía hacer era observarlo ¡Ja! podía joderse, él no haría de niñera, el padre de aquel mocoso tenía el dinero suficiente como para contratarle una, o tal vez podría pagar a un manicomio, así no le joderían a él.

- El padre adoptivo de aquel chico es un importante hombre, no queremos que esta clínica de renombre se vea envuelta en escándalos de ningún tipo. Es una orden Trafalgar, no querrás reprobar por no obedecer a tu médico a cargo, además, se supone que debieras manejar bastante bien el tratamiento de esa enfermedad. - Rayleigh desapareció por el pasillo, dirigiéndose al área de operaciones. No sacaría nada más que una amonestación si es que le seguía discutiendo.

Desordenó su cabello, negro como la noche, mientras caminaba de vuelta hacia la sala de espera, en donde aquel muchacho rubio lo esperaba junto a una maleta. Su padre viajaría por un mes y debía mantenerlo al cuidado de especialistas, poseía el dinero suficiente como para mantenerlo alojado en una clínica lujosa por todo aquel tiempo.

Observaba su reflejo frente a los limpios vidrios del ascensor, sus ojeras estaban marcadas, aseguraría que estas se volverían mucho más notorias en todo aquel tiempo. Su primera práctica seria un fiasco, el personal estaba ocupado en sus respectivas tareas, él, siendo un recién llegado, se encargaría de cuidar a un mocoso loco del que nadie quería hacerse cargo, pero cuyo padre les daría una fortuna por mantenerlo sano y salvo por todo ese tiempo, además, lo vigilarían ante cualquier crisis que el muchacho tuviera, más bien ÉL se haría cargo del niñato mimado en todo ese tiempo, pero no se la dejaría fácil.




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Sus pies golpeaban el piso al ritmo de la canción que escuchaba, con ambos audífonos en sus oídos y el ceño fruncido esperaba a aquel idiota que se haría cargo de "cuidarlo", aunque no lo necesitaba". Él era completamente independiente, pero aunque quisiera gritarlo a los cuatro vientos, sabía que el viejo de mierda se reiría en su cara si lo escuchaba.

Todo había empezado el día en que Patty lo siguió ¡Él no lo sabía! estaba demasiado ocupado buscando una canción lo suficientemente elevada como para distraerlo, sabía que todos los clientes del Baratie hablaban de él, aunque sonara ególatra, no mentía. Ellos lo miraban siempre, aunque se mantuviera sentado en las escaleras de caracol sin hacer nada. Podía escuchar los susurros con cada paso que daba entre las mesas, el viejo le daba un porcentaje de las propinas si es que ayudaba a los camareros, dinero que necesitaba si es que quería ir al baile de fin de año con su amada Nami-swan.

Un tipo con cabello rosado, llamado Fullbody, habitual cliente del restaurante, lo llamó como de costumbre, el muy idiota comenzó a gritar del pésimo servicio que él le daba. De seguro se había molestado porque su novia de turno lo miraba siempre que pasaba junto a la mesa, así como las chicas que traía con anterioridad. Aunque tal vez la chica planeaba celar tanto al pelirosado para perjudicarlo, puesto que halagó mucho más a la peliceleste que siempre se sentaba en la mesa tres.

La cosa es que, en menos de dos minutos tenía al musculoso sujetado por la camisa, los pies de este no eran capaces de tocar el suelo. Los gritos no se hicieron esperar, todo aquello que no debía suceder ocurrió. Prontamente las quejas de Patty sonaban tan fuerte como sus gordos pies aplastando la madera del piso. El cocinerucho lo golpeo y se lo lleva su templo culinario personal, en donde los cocineros lo interrogaron, sin embargo, él no dijo nada.

Debido a sus constantes peleas Carne prácticamente obligó al viejo a que hablaran, creía que su comportamiento se debía a la falta de atención del hombre con bigote, pero estaba más ocupado manteniendo una discusión interna como pata escuchar sus palabras y él se dio cuenta de aquello.

Lo que vino después fue rápido, muchos psicólogos, psiquiatras, un par de neurólogos, como resultado, debía tomar un banquete de pastillas cada día, así como mantener un peso específico porque los malditos antipsicóticos dependían de aquello. Aspectos de su vida que jamás había considerado ahora tenían que estar presente en su día a día, obligándolo incluso a faltar a la escuela algunos días para poder ir a los tratamientos costosos. Las miradas de sus compañeros comenzaban a cambiar con el tiempo, llegando incluso a aquellas pesadas bromas de las que fue el blanco, hasta que por fin el viejo decidió sacarlo de aquel lugar y contratar a Robin-swan quién le enseñaba todas las materias, lo único bueno que había sacado de aquello.

En resumen. Por culpa de esos idiotas ahora el viejo lo dejaba allí ¿Por qué no podía quedarse en el Baratie como los demás? discutir era en vano y el viejo lo golpearía nuevamente si volvía a decir palabra. Pero ahora estaba allí, con un imbécil frente a él que lo miraba de mala gana. Este mes seria largo, demasiado tiempo para su gusto.

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