Nombre del Fanfic: 'Fogata'.
Autora: KatooCouple: YeWook.
Genero: Romántico.
Reseña: "Porque RyeoWook solo podía sonreír y disfrutar de la fogata".
Comentario de la autora: Este fanfic lo tenía guardado en un cuaderno desde hace más de un año, espero les guste,a mi me encanto escribirlo. Lo hice una semana antes de que nuestro amado YeSung ingresara al servicio militar. Fuerza cloudsomnias, ya falta menos para que RyeoWook y YeSung estén mucho más tiempo juntos.
Fogata:
El sonido característico que
realizaba el fuego al quemar las ramas, las pequeñas chispas que volaban, yendo
a parar hacia la fría y húmeda arena era algo sumamente relajante, la hermosa
vista que se generaba con la iluminación mínima de aquella fogata, la luz de la
luna y las estrellas, aquellos puntitos que, poco a poco comenzaban a aparecer,
formando diminutos y diversos dibujos en el infinito cielo, los cuales se
reflejaban en aquellas aguas puras, transparentes. La música natural generada
por las olas, las cuales chocaban directamente con las piedritas amarillas que
adornaban de una manera más romántica el paisaje, contrastando de una manera
mágica con todo.
Era perfecto, la guitarra
descansaba en su regazo, aquel instrumento que aún no dominaba completamente,
el cual de a poco había comenzado a tocar, siendo ahora el principal
responsable del ambiente que lo rodeaba. Sus bellos, delgados y largos dedos se
paseaban con elegancia por las cuerdas, dándole vida a una tonada suave, lenta
y perfecta que los envolvía completamente. Su familia, podía observarlos desde
su lugar disfrutar, al mismo tiempo que el viento se empeñaba en revolver más
su desordenado cabello, actualmente negro.
Le gustaba, su sonrisa sincera
era apreciada por aquellos que le rodeaban, el sonido de las olas, la melodía
del instrumento, sumado a su hermosa voz generaba una atmósfera perfecta al
complementarse, podía sentir la confianza, la cercanía entre todos. El guitarrista
no tardó en descubrir como es que aquellos que lo rodeaban comenzaban a
acercarse lentamente, “disimuladamente” los dedos se entrelazaban, susurros,
abrazos nacían, creándose al ritmo de la música. Podía sentir como es que la
arena se movía entre los largos dedos de sus pies, la temperatura era
agradable. El ambiente era perfecto.
RyeoWook pudo observar la manera
en que HanGeng y KiBum, quienes lo habían acompañado para despedir a su hyung,
se encontraban algo distantes de los demás, sentados sobre las enormes rocas, observándose
fijamente.
KangIn abrazaba por los hombros a
LeeTeuk, observando como es que el sol de a poco comenzaba a esconderse, debido
al servicio militar del último poseían bastante poco tiempo para encontrarse. DongHae
y Eunhyuk, a unos metros a su derecha, reían del color morado que adquiría el
cielo, sus manos unidas era cómplices de las pequeñas luces titilantes que aparecían.
SungMin sonreía, apoyado en el hombro de KyuHyun, disfrutando de la melodía
suave mientras que el maknae jugaba con sus cabellos. ZhouMi le susurraba cosas
a Henry que lo hacían sonrojar. SiWon besaba la nuca de HeeChul constantemente.
ShingDong y NaRi esperaban ansiosos los malvaviscos, conversando entre
susurros, calentando las manos en el humo de la fogata. Eran una familia, eran
su familia, sus amigos a quienes amaba, pero estaba incompleta. Las estrellas y
la luna hicieron su aparición y RyeoWook seguía tocando la guitarra.
El calor del fuego, la arena
entre sus dedos, el olor del mar, las hermosas estrellas que lo acompañaban, el
sonido de la melodía, del mar, los malvaviscos. Pero no era todo perfecto,
sonreía, aunque por dentro lo extrañara a horrores, su hyung. Sonreía, le
agradaba ver a los miembros de esa manera, aquello lo hacía feliz, lo ayudaba a
ser paciente, a mantenerse tranquilo y esperar, esperar con optimismo.
Recordar, acordarse de todas aquellas sonrisas, los momentos vividos, las
discusiones y reconciliaciones, las palabras de amor. Ser feliz, porque no era
el único, YeSung también aguardaba por él, desde el ejército, lugar a donde
había ingresado el día anterior.
Sonreía, porque sabía que no
estaba solo, tenía a su familia, a sus amigos y a él, a la razón por la que
vivía. Ahora solo podía rezarle a las estrellas para que YeSung, desde el
regimiento, escuchara su canción, la melodía que nacía desde el fondo de su corazón
y que RyeoWook le dedicaba desde la playa.