Fue en el momento que la negra camioneta comenzó a
avanzar que RyeoWook supo que todo se había acabado. Las luces apenas
alumbraban el pasillo de la compañía mientras que el sólo podía observar el
rastro que era dejado por los neumáticos en la calle, escuchando los sonidos
que las ruedas del transporte provocaban al moverse por medio de estas,
avanzando veloz, como si su pasado quisiera huir de él, dejando un presente
incompleto en el cual estaba solo, sin él. Pestañeo un par de veces, tenía
orgullo y no dejaría que él supiera que saladas lágrimas habían escapado de sus
ojos por su causa, al menos no por ahora, quería estar solo en este momento.
¿Cómo es qué habían llegado a esto? Las
interrogantes nacían sin comprender aún la razón por la que la acalorada
discusión había comenzado, siempre era lo mismo, cada vez que podían se
llamaban, aunque fuera sólo para conversar unos minutos. Cuando se topaban en
los pasillos intentaban estar un momento a solas, ambos, juntos, sin
embargo no esperaba que el menor lo
terminara ahora ¡Menos en las puertas de la SM! A la vista de cualquier
ciudadano que pasara por aquellas calles…Sintió como es que EunHyuk posaba su
mano sobre su hombro ¿Cuánto tiempo llevaba parado allí? No lo entendía, pero
de seguro el chisme se había esparcido, estaba en problemas, lo sabía. Los guardias
de la compañía no tardaron en avanzar hacia su dirección, la presa había
escuchado toda la discusión, en consecuencia, una larga y bastante incómoda
conferencia de prensa lo esperaba, puesto que, estaba completamente seguro de
que ChangMin no se dignaría en aparecer ahora.
Caminó en silencio, las palabras aún se mantenían
retenidas en sus labios delgados, las lágrimas que amenazaban con escapar en
cualquier momento hacían que sus ojos ardieran. No entendía, sus pensamientos divagaban
buscando las posibles razones por las que el menor no deseaba estar junto a él,
era cierto que apenas tenían tiempo para verse, no obstante, lo amaba, eso no
cambiaría aunque lo único que necesitaba en momentos como este era olvidarlo,
olvidar ese apuesto rostro, aquel fuerte cuerpo, su voz, su aroma. Olvidarlo
simplemente y levantar la mirada, hacerse paso entre la multitud que susurraba,
pero no podía hacerlo, con cada paso que daba sentía como es que su corazón
lentamente se iba desprendiendo, le dolía, lo rompía.
Apenas ingresó nuevamente al edificio pudo sentir
como toda la atención estaba en su persona, lo miraban, el mundo era curioso
¿Por qué? Cierta parte de su mente quiso tomárselo con humor, era cierto que ni
la mitad de aquellos individuos sabían de la relación amorosa entre ambos
maknaes, nadie externo a los grupos a los que ambos pertenecían y algunos
amigos previamente seleccionados debían enterarse de aquello, ese había sido el
plan, plan que funcionaba perfectamente hasta hace unos minutos. Emitió un
suspiro bastante poco audible al mismo tiempo que levanto su mirada, no podían
verlo triste, era un artista y el espectáculo no había terminado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario