miércoles, 26 de marzo de 2014

Fogata

Nombre del Fanfic: 'Fogata'.
Autora: Katoo
Couple: YeWook.
Genero: Romántico.
Reseña: "Porque RyeoWook solo podía sonreír y disfrutar de la fogata".
Comentario de la autora: Este fanfic lo tenía guardado en un cuaderno desde hace más de un año, espero les guste,a mi me encanto escribirlo. Lo hice una semana antes de que nuestro amado YeSung ingresara al servicio militar. Fuerza cloudsomnias, ya falta menos para que RyeoWook y YeSung estén mucho más tiempo juntos.

Fogata:



El sonido característico que realizaba el fuego al quemar las ramas, las pequeñas chispas que volaban, yendo a parar hacia la fría y húmeda arena era algo sumamente relajante, la hermosa vista que se generaba con la iluminación mínima de aquella fogata, la luz de la luna y las estrellas, aquellos puntitos que, poco a poco comenzaban a aparecer, formando diminutos y diversos dibujos en el infinito cielo, los cuales se reflejaban en aquellas aguas puras, transparentes. La música natural generada por las olas, las cuales chocaban directamente con las piedritas amarillas que adornaban de una manera más romántica el paisaje, contrastando de una manera mágica con todo.
Era perfecto, la guitarra descansaba en su regazo, aquel instrumento que aún no dominaba completamente, el cual de a poco había comenzado a tocar, siendo ahora el principal responsable del ambiente que lo rodeaba. Sus bellos, delgados y largos dedos se paseaban con elegancia por las cuerdas, dándole vida a una tonada suave, lenta y perfecta que los envolvía completamente. Su familia, podía observarlos desde su lugar disfrutar, al mismo tiempo que el viento se empeñaba en revolver más su desordenado cabello, actualmente negro.
Le gustaba, su sonrisa sincera era apreciada por aquellos que le rodeaban, el sonido de las olas, la melodía del instrumento, sumado a su hermosa voz generaba una atmósfera perfecta al complementarse, podía sentir la confianza, la cercanía entre todos. El guitarrista no tardó en descubrir como es que aquellos que lo rodeaban comenzaban a acercarse lentamente, “disimuladamente” los dedos se entrelazaban, susurros, abrazos nacían, creándose al ritmo de la música. Podía sentir como es que la arena se movía entre los largos dedos de sus pies, la temperatura era agradable. El ambiente era perfecto.
RyeoWook pudo observar la manera en que HanGeng y KiBum, quienes lo habían acompañado para despedir a su hyung, se encontraban algo distantes de los demás, sentados sobre las enormes rocas, observándose fijamente.
KangIn abrazaba por los hombros a LeeTeuk, observando como es que el sol de a poco comenzaba a esconderse, debido al servicio militar del último poseían bastante poco tiempo para encontrarse. DongHae y Eunhyuk, a unos metros a su derecha, reían del color morado que adquiría el cielo, sus manos unidas era cómplices de las pequeñas luces titilantes que aparecían. SungMin sonreía, apoyado en el hombro de KyuHyun, disfrutando de la melodía suave mientras que el maknae jugaba con sus cabellos. ZhouMi le susurraba cosas a Henry que lo hacían sonrojar. SiWon besaba la nuca de HeeChul constantemente. ShingDong y NaRi esperaban ansiosos los malvaviscos, conversando entre susurros, calentando las manos en el humo de la fogata. Eran una familia, eran su familia, sus amigos a quienes amaba, pero estaba incompleta. Las estrellas y la luna hicieron su aparición y RyeoWook seguía tocando la guitarra.
El calor del fuego, la arena entre sus dedos, el olor del mar, las hermosas estrellas que lo acompañaban, el sonido de la melodía, del mar, los malvaviscos. Pero no era todo perfecto, sonreía, aunque por dentro lo extrañara a horrores, su hyung. Sonreía, le agradaba ver a los miembros de esa manera, aquello lo hacía feliz, lo ayudaba a ser paciente, a mantenerse tranquilo y esperar, esperar con optimismo. Recordar, acordarse de todas aquellas sonrisas, los momentos vividos, las discusiones y reconciliaciones, las palabras de amor. Ser feliz, porque no era el único, YeSung también aguardaba por él, desde el ejército, lugar a donde había ingresado el día anterior.

Sonreía, porque sabía que no estaba solo, tenía a su familia, a sus amigos y a él, a la razón por la que vivía. Ahora solo podía rezarle a las estrellas para que YeSung, desde el regimiento, escuchara su canción, la melodía que nacía desde el fondo de su corazón y que RyeoWook le dedicaba desde la playa.

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